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Arquitectos: Damián Ribas
- Área: 236 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Jordi Miralles
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta vivienda se engloba en un proyecto de reforma y rehabilitación integral de una masía típica ceretana. Este gran conjunto incluye 13 viviendas y procede de la subdivisión de una masía existente de piedra, su pajar y sus cobertizos anexos.
La vivienda objeto del reportaje se sitúa en el centro de los dos conjuntos de viviendas, distribuidos alrededor de dos grandes plazas o eras donde antiguamente se trillaba el trigo. Formada por lo que originalmente era un cobertizo de piedra para maquinaria y un volumen nuevo de madera de roble recuperada, pone énfasis en el diálogo entre lo nuevo y lo viejo. Estos dos volúmenes yuxtapuestos se separan por una cubierta plana baja que provoca el acceso a la vivienda, punto en que la dualidad de los volúmenes se expresa de forma clara.
En el lado de piedra antigua encontramos la zona de día con cerchas y de vigas de madera recuperadas. Cocina, comedor y salón se ubican en un solo espacio mediante una distribución funcional y abierta a las preciosas vistas del Pirineo de la Cerdanya. La abertura a estas vistas se hace con el criterio de respetar la verticalidad de los huecos propios de estas construcciones, para no desvirtuar la imagen de masía. En este volumen se sitúa también el dormitorio principal, en el que predomina el ambiente sencillo y cálido, con muebles de obra y materiales naturales.
En el volumen nuevo de madera alberga la zona de niños, con el cuarto de juegos y los dos dormitorios. La cubierta está formada por vigas de madera laminada nuevas pero siguiendo la misma calidez nórdica en los materiales interiores con suelos de parquet y microcemento, mobiliario de obra, textiles naturales y enyesados con cantos redondeados.
Únicamente la madera de fachada se muestra en toda su rusticidad, las demás están pintadas para aportar textura a la vez que aportar luz en el caso del techo y color en el caso de las carpinterías. Los suelos en madera de roble aportan suavidad y calidez necesarias en un clima de alta montaña. Los detalles de carpintería y herrería proceden de la observación cuidadosa de los elementos tradicionales y del reciclaje, aportando calidad en cada pequeño elemento.
El jardín exterior se abre a la perspectiva del pico de la Tossa, nevado la mayor parte del año, combinando con una zona de sombra con cubierta plana para no entorpecer la visión de los dos volúmenes contrapuestos.
El conjunto de viviendas cuenta con zona comunitaria de baño, de reunión y motoclub, además de una instalación de geotermia comunitaria que, juntamente con el diseño pasivo y los potentes aislamientos en la envolvente, hacen que el consumo sea mínimo. En resumen, con el diálogo de lo nuevo y lo viejo se pone en valor la historia sin renunciar a un lenguaje moderno a la vez que respetuoso.